Fin de semana de pesadilla

El sabado fué el cumpleaños de unos hijos mellizos de una amiga, gordita estaba muy animada, tanto que su diversión era subir y escalar por el sofá y practicamente no parar quieta.
Todo estaba perfecto ese día, llegamos a casa y ella se fué a dormir a las ocho de la tarde, no quiso levantarse a comer, al día siguiente domingo ella aún no quería levantarse, no quería comer.
Era la una de la tarde cuando se levantó de la cama aunque para dar dos pasos y tirarse al suelo, era como si no pudiese consigo misma.
Yo bromeé diciendo que tenía resada del día anterior pero a medida que pasaban las horas y ella no mejoraba me puso nerviosa.
No había manera de que comiese ni bebiese nada y lo poco que comía lo vomitaba a los pocos minutos.
No quería levantarse, no importaba que fuese en el suelo ella quería estar tirada y no levantarse.
Pasó casi todo el dia durmiendo o simplemente tumbada y yo jamás he visto a gordita así, me preocupé tanto que al final acabamos llendo al hospital materno infantil donde lo primero que me dijeron era que para que iba (si, en plan borde) que la niña estaba normal.
Gordita no había mantenido nada en el estómago desde que se levantó, ni agua.
Cuando nos hicieron pasar la pediatra que nos atendió fué un completo encanto y nos trato muy bien, le expliqué que gordita jamás a estado así y que estaba muy preocupada por que yo conozco a mi hija y sé que ella no es así. ¡Os juro que ni con bronquilitis estaba así!
La chica la examinó bastante bien sinceramente y nos explicó todo, nos dijo como darle el suero, nos explicó que el aesol que estaba tomando ella y la cantidad que tomaba era normal que la tumbase y que ella se sintiese así de mal pero que si a lo largo del día seguía vomitando todo y veíamos que tenía signos de estar deshidratandose que no dudaramos en volver aunque pensemos que somos pesados.
A lo largo del día fué dormir, levantarse, comer algo y vomitar.
La última vez fué a las dos de la mañana que echó las tres miseras galletas que cenó.
Ni siquiera colacao.
Entonces dije que según como se levantase iríamos directamente al materno, me levanté primero que ella (a las 7) y preparé un biberon de colacao (siempre digo biberon aunque ella bebe en vaso de aprendizaje) se lo tomó casi todo pero ahí no acabó la cosa, también comió pan tostado con aceite de oliva (es lo que suelo desayunar yo) y unas galletas.
La vigilé de cerca por si vomitaba pero no lo a hecho y aunque no a querido almorzar le e vuelto a hacer un colacao que aunque sé que no es un almuerzo al menos come y bebe algo y es mucho mejor que nada.
Está más animada, corre, ríe e incluso a tenido alguna perreta de las suyas aunque aún está en plan "mamitis", supongo que aún no se siente del todo bien.
Mañana tenemos pediatra y ya os contaré.
La verdad extraño mucho a su anterior pediatra por que sé que él se tomaría la molesta de explicarme bien de que se trata la alergía a la proteina de la leche, como son los sintomas, como actuar...etc... este chico solo me dijo que era alergica y ahí acabó todo a pesar de que le pregunté varias veces...

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