Cuando algo funciona... funciona

Esta semana Laia a vuelto a clase, después de tanto rollo con el papelero el empadronamiento y demás el colegio me dijo que podía ir llevando la en lo que se termine de arreglar todo pues ella ya cursaba en este colegio este año y ellos arreglarán el traslado.

El caso es que el primer día ya le hicieron un coro diciéndole que la extrañaron, que que bien que había vuelto. Me emocioné, no lo niego.

El jueves hubo una carrera en su colegio suelen transmitirlo en directo.

Lo primero que hice fue a buscarla y me la esperaba sentada en un rincón rascando el suelo cómo hizo en una fiesta anterior. Pero no la vi porque la cámara no enfocaba a esa zona

Imaginaos como me sentí cuando ella salio de clase y le pregunté qué tal la carrera.

Siempre le pregunto qué tal le ha ido el día.

Y ella me respondió qué había hecho toda la carrera junto a su profesora que le ayudó a saltar y que le animaba a correr y avanzar.

Me lo contaba emocionadísima porque había corrido junto a todos los amigos.

Tengo que decir que estoy muy agradecida con este colegio que siempre ha sido muy inclusivo y siempre la han acompañado y comprendido.

Aun recuerdo cuando nos dejaban entrar ya 15 minutos más tarde de que entrasen sus compañeros porque se ponía mal cuando veía s tanta gente.

La profesora que desde un principio usa pictogramas con todos los niños.

Y el sistema anti bullying que tienen.

Sinceramente no pienso cambiarla de colegio.

Cuando algo funciona, funciona.