Creo que TODOS lo extrañan.

El lunes tengo cita con el pediatra para entregar todos los papeles que la alergologa me dió para él y os juro que lo que menos quiero es ir por que sé que seguramente empezará a dar mil rodeos, explicará las cosas por encima y en un lenguaje que SOLO él (o alguien que entienda ese lenguaje a veces tan complejo de los médicos) y que cuando tu le preguntas sólo ignora la pregunta y te salta con un tema muy diferente.
Estoy nerviosa por que sé que seguramente saldré de la consulta más confundida que antes incluso, con nuevas dudas no respondidas.
Le pregunté, que debo hacer acerca del asma de gordita, cómo se cuando tiene una crisis o cuando debo comenzar con su tratamiento y evadió el tema llendose por otro camino para hablarme de alergias y demás.
Pregunté cuantos "puff" debo darle con su aerosol de emergencia si en algún momento lo necesita y como siempre se fué "por la via de tarifa", vamos por donde a él le dió la gana.
Sinceramente y habiendo hablado de este tema con otras mamás que también comparten conmigo mismo pediatra estamos todas de acuerdo en que TODOS extrañamos a su anterior pediatra, M.S. y que ojalá no se hubiese ido.
Él amaba su trabajo, te escuchaba y te comprendía cada uno de tus miedos y dudas.
Él no dudaba en explicarte una y otra vez algo hasta que te quedaba del todo claro, recuerdo una vez que le pedí que me enseñara a calcular la dosis de apiretal y al final me hizo calcularlo delante de él para estar seguro de que lo había entendido.
Realmente, cuando un pediatra ama su trabajo, se nota.
Creo que encontrar un buen pediatra es algo difícil y que cuando lo encuentras lo ideal sería mantenerlo, pero a veces por cuestiones de la vida no puede darse.
Os cuento que cuando nació gordita, yo me sentía muy mala madre. Era incapaz de darle el pecho a pesar de que notaba como que era lo que debía hacer. Y no por que yo lo sintiese así si no por que me o hacían entender por frases y palabras en particular.
Lo intenté en cada toma, lo intente de mil formas. Pero no pudo ser. Y me hicieron quizá sin darse cuenta sentir como si no valiese como madre.
Cada cosa, cada situación y consejo que cada persona me daba yo lo tomaba de tal forma que sentía que no servía, que no era una buena madre. Yo sentía que mi hija no me quería, que yo sería exactamente igual que mi madre y me rendiría a la primera de cambio. Que la abandonaría con su abuela y me iría, como mi madre hizo conmigo.
Quizá mi baja confianza en mi misma como madre fué lo que me hizo hacer tantas visitas (no necesarias) al pediatra a preguntar cosas estúpidas que en el fondo ya sabía, como por ejemplo si mi hija podría comer ya sólidos...
Era como si necesitase saber que lo estaba haciendo bien y su pediatra siempre tenía ese tiempo para explicarme las cosas como mejor él podía. Estoy segura que sin darse cuenta ayudó a mas padres de los que él cree.
Poco a poco fuí recuperando la confianza en mi misma hasta el momento en que incuso enfrenté a esas personas que me daban consejos de aquella forma con un "ey, yo soy su madre, yo decido lo que es mejor para mi hija".
No sé donde está pero gracias por que gracias a ti soy la madre de mi hija, y no alguien que sigue decisiones que otros toman por mi.

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