A ti, mami.


Seas mamá reciente o veterana seguro que recuerdas esos primeros días tan frustrantes y a la vez hermosos.
Os habéis dado cuenta de que todo lo bonito que hablaban de la maternidad está presente pero también todo lo que nadie te dijo.
Nadie te contó que te sentirías tan deprimida que hasta te preguntarías si lo estás haciendo bien, ese bajón que te mete de golpe que solo quieres llorar.
Todas las mamás que conozco lo han tenido, incluyéndome.
En mi caso de no ser por la abuela de gordita estaría mal aún, ella me animó mucho y se quedó conmigo hasta que dejé de llorar.
No sé exactamente qué sucedió ni por qué me sentí de ese modo pero me sentí la peor madre del mundo, para mí misma yo era una mala madre. Yo no sabía hacer nada.
¿Te has sentido así alguna vez?
Con el paso del tiempo vienen nuevos temores, en mi caso durante todo el embarazo mi abuela me habló de la tan famosa muerte súbita que hasta miedo me da pronunciar. Ya podéis imaginar el miedo que tuve cuando mi hija nació.
Luego otras mamás me hablaron de tantas cosas que podrían suceder, pero no lo decían una sola vez si no repetían una y otra vez lo mismo.
A veces me aconsejaban demasiado y yo solo quería gritarles que me dejasen en paz, que me estaban asustando.
Cuando mi hija tuvo bronquiolitis me sentí de nuevo muy mala madre, pensé que era culpa mía por que así me dijeron varias veces ("amigas").
Durante el tiempo que mi hija fue creciendo los miedos infundados fueron aumentando.
La gente hablaba sin parar y en el 90% de los casos eran madres.
Me costó muchas visitas al pediatra por muchas preguntas estúpidas o como el me dijo "de sentido común". Tuve suerte de que no me mandaste a la mierda por ir tantas veces
Puede que te preocupes por qué aún no a empezado a caminar, sus dientes no han salido o no quiere dejar el biberón para pasar al vaso.
Seguramente te de miedo hasta llevarle al parque por qué sabes que se va a tirar al suelo, se va a manchar, se va a caer.
¿Acaso no te caias cuando eras niña? ¿No es parte de divertirse acabar enguarrado hasta las cejas?
El otro día mismo estaba jugando en el parque con gordita al pilla pilla, y en un momento quiso tirarse por el tobogán, siempre le doy la mano para tirarse pero no me dio tiempo y ella se tiro sola. No sé cómo lo hizo pero llegó abajo con los pies hacia arriba mirando el cielo y riéndose a carcajadas mientras yo iba cagada de miedo. (No se hizo nada solo que en la curva del tobogán se giró).
Te voy a dar un consejo como madre, uno de esos tantos que te han dado desde que tu hijo nació.
Haz lo que te diga tu instinto.
Ese no falla.
Aunque creas que no tienes, tienes.
Deja que tu hijo juegue, que se manche. Que salte en los charcos, no volverá a ser un niño.
Recuerda como de feliz te hacía ayudar a montar el árbol de Navidad a pesar de no quedar muy "bonito". ¡Y tú tan orgullosa por qué lo habías hecho tú!
¿Te acuerdas de esas trasnochadas que acababas dormida en el sofá y despertaban en la cama?
O cuando tú mamá se tiraba contigo en el sofá un domingo de tarde y veiais películas mientras comiais palomitas de maíz (en mi caso aceitunas, gordita las ama).
¿Recuerdas como disfrutabas siendo niña? Cuando pensaba que no existían las obligaciones, cuando tú única misión era ser feliz.
¡Cuando el suelo era lava!
¡Cuando conocías a alguien en el parque y ya era tu mejor amigo de toda la vida!
¿Por que no dar eso mismo a nuestros hijos? La lavadora lava la ropa, las raspaduras de las rodillas son habituales y hay tiritas de dibujitos.
Las manchas de la piel salen con jabón.
Mi consejo es que vivas, disfrutes cada momento y vuelvas a ser niña de nuevo.
Ignora cierto tipo de comentarios y no te conviertas en ese tipo de persona que aconseja para contagiar miedo.
Eso es lo que menos necesita una mamá.


Comentarios

Entradas populares