Jugando con gelatina.
Hacía tiempo que no tenía un rato libre, aunque no sea exactamente para mi.
Hoy cuando llegué a casa estaba muy triste, y deprimida, no lo voy a negar.
Hice algo impulsivo que no sé si fué lo correcto pero que necesitaba hacer.
Estaba tan triste que puse algunas canciones en el ordenador y empecé a jugar con mi gordita, como si estuviese feliz.
Mi abuela siempre me dijo que si estamos tristes debemos sonreír por fuera aunque sea de manera falsa por que así contagiaremos la sonrisa a al interior y al final acabará siendo una sonrisa real.
Me tiré a la cama con mi gordita y ella empezó a saltar como una loca, yo no quería levantarme de la cama, estaba realmente mal... pero entonces ella hizo algo que nunca hace. Me dió un beso.
Gordita nunca da besos... sólo al papá imperfecto.
Hacía semanas o quizás meses que mi gordita no se acercaba a darme un beso, y cuando yo se lo doy se aparta y me empuja con las manos.
Pero ella me dió un beso en la nariz. Y yo me reí.
Y ella volvió a darme otro y al ver que me reía de nuevo volvió a darme otro más.
Creo que nada podría haberme alegrado el día mejor que eso.
Para merendar fuimos a la cocina, y comimos fruta y cogimos una gelatina de fresa. Ella descubrió que al tocarla con las manos era blanda y suave y no sé si por asco o diversión empezó a jugar con ella a la vez que se asustaba.
Voy a resumirlo, todo el suelo de la cocina lleno de gelatina, su cuerpo, mi pelo, mi ropa... TODO.
Pero mereció la pena, nos reimos mucho.
Ahora, son las 20.51 y gordita lleva dormida desde las 19:00. Se durmió oyendo YIRUMA como tantas veces hizo cuando era más pequeña.
Pasé el embarazo oyendo a yiruma, es lo único que la calma.
Hice un puré de verduras para las noches y lo acompañaré depende de la noche, con pollo, pavo, arroz...etc.
Estoy haciendo unas lentejas para dejarlas hechas para mañana y congelar el resto y en un rato haré la cena.
Aprovechando que tengo algo de tiempo libre escribiré algunos capítulos de mi libro y seguramente me quedaré dormida mientras veo alguna chorrada en la televisión a la que realmente no le prestaré atención pero que al menos me mantendrá la cabeza ocupada.
Y mañana... de vuelta al bucle.
Hoy cuando llegué a casa estaba muy triste, y deprimida, no lo voy a negar.
Hice algo impulsivo que no sé si fué lo correcto pero que necesitaba hacer.
Estaba tan triste que puse algunas canciones en el ordenador y empecé a jugar con mi gordita, como si estuviese feliz.
Mi abuela siempre me dijo que si estamos tristes debemos sonreír por fuera aunque sea de manera falsa por que así contagiaremos la sonrisa a al interior y al final acabará siendo una sonrisa real.
Me tiré a la cama con mi gordita y ella empezó a saltar como una loca, yo no quería levantarme de la cama, estaba realmente mal... pero entonces ella hizo algo que nunca hace. Me dió un beso.
Gordita nunca da besos... sólo al papá imperfecto.
Hacía semanas o quizás meses que mi gordita no se acercaba a darme un beso, y cuando yo se lo doy se aparta y me empuja con las manos.
Pero ella me dió un beso en la nariz. Y yo me reí.
Y ella volvió a darme otro y al ver que me reía de nuevo volvió a darme otro más.
Creo que nada podría haberme alegrado el día mejor que eso.
Para merendar fuimos a la cocina, y comimos fruta y cogimos una gelatina de fresa. Ella descubrió que al tocarla con las manos era blanda y suave y no sé si por asco o diversión empezó a jugar con ella a la vez que se asustaba.
Voy a resumirlo, todo el suelo de la cocina lleno de gelatina, su cuerpo, mi pelo, mi ropa... TODO.
Pero mereció la pena, nos reimos mucho.
Ahora, son las 20.51 y gordita lleva dormida desde las 19:00. Se durmió oyendo YIRUMA como tantas veces hizo cuando era más pequeña.
Pasé el embarazo oyendo a yiruma, es lo único que la calma.
Hice un puré de verduras para las noches y lo acompañaré depende de la noche, con pollo, pavo, arroz...etc.
Estoy haciendo unas lentejas para dejarlas hechas para mañana y congelar el resto y en un rato haré la cena.
Aprovechando que tengo algo de tiempo libre escribiré algunos capítulos de mi libro y seguramente me quedaré dormida mientras veo alguna chorrada en la televisión a la que realmente no le prestaré atención pero que al menos me mantendrá la cabeza ocupada.
Y mañana... de vuelta al bucle.
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