Just Give Me A Reason

Hoy no voy a hablar de niños.
Hoy no puedo más, hoy siento que se me viene el mundo encima.
Ahora mismo debería estar en otro lugar, no aquí. Debería estar en el cumpleaños de un niño que va a cumplir diez años, el tio de gordita. Un niño al que he visto crecer practicamente desde que tenía cuatro años.
Pero hace sólo un par de horas he discutido fuertemente con el papi imperfecto, no entraré en detalles por respeto no a él si no a ambos.
Le e pedido que lleve a gordita al cumpleaños y que le ponga el vestido que preparé para ella por que yo así no puedo ir.
Soy una persona que tengo muchísimo caracter si, pego un par de gritos si es necesario y os juro que no pienso dejarme patear por nadie, pero esta vez me ha hundido tanto que hasta guardar la calma me cuesta.
Oir palabras de alguien que una vez te tuvo loca de amor, ese cierto tipo de palabras... duele.
Duele tanto que ahora mismo estoy en casa con los cascos puestos y la música a todo volumen. Y si, estoy llorando.
No sólo por que duela, estoy llorando por todo el coraje y la rabia que siento por dentro, por las ganas de rebertarle la cara y aguantarme. Por las veces que apreté los puños como una estúpida.
Estoy aquí por que no quiero aguar la fiesta de un niño que no tiene culpa absolutamente de nada pero sé que si voy en algún momento no podré aguantar mas y esos niños no lo merecen.

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